MODO DE VIDA Por Sir William Osler
- Max Dionnet Coaching
- hace 1 día
- 3 Min. de lectura

Vivimos en una época donde el ritmo de la vida parece acelerarse sin descanso. La presión constante, la prisa por alcanzar objetivos y la preocupación por un mañana que aún no llegó desgastan a miles de personas que, teniendo todo para vivir bien, no saben cómo ordenar su espíritu. La verdadera dificultad no está en la falta de recursos, sino en la falta de una actitud interna que permita respirar, pensar y vivir con claridad.

Este modo de vida no es una técnica complicada ni requiere años de estudio. Es, más bien, una disposición interior que cualquiera puede adoptar si está dispuesto a practicarla con honestidad. La vida nos entrega solo un día a la vez, pero la mente humana suele dividirse entre el peso del ayer y la ansiedad del mañana. Cuando esto sucede, la energía se fragmenta, la paz se pierde y la persona se siente incapaz de avanzar. Aquí es donde surge una de las metáforas más poderosas de Osler. Un barco que cruza el océano posee compartimentos estancos que pueden cerrarse herméticamente para evitar que una avería en un sector lo hunda por completo. Esta misma lógica, aplicada a la vida humana, revela una verdad transformadora: debemos vivir con compartimentos estancos, cerrando la puerta al pasado y al futuro, y enfocándonos únicamente en el día de hoy.

La carga de 24 horas es totalmente soportable. Lo que destruye al individuo no es el trabajo del presente, sino el peso combinado de dos inmensidades: lo que ya pasó y lo que todavía no llegó. El pasado puede enseñarte, pero nunca debe encarcelarte. El futuro puede inspirarte, pero no debe robarte la tranquilidad. Quien se adelanta mentalmente a problemas que aún no existen desperdicia energía que necesita para vivir ahora.
La serenidad aparece cuando comprendes que solo existe el día de hoy. Si haces tu parte con honestidad y enfoque, el mañana se ordenará solo. Las grandes transformaciones no nacen de cambios bruscos, sino del hábito diario de cumplir pequeñas tareas con calma, precisión y buena voluntad. No se trata de escapar de las responsabilidades, sino de enfrentarlas con un espíritu ordenado y una mente centrada.
Cuando aprendes a dirigir tu energía al presente, tu capacidad aumenta. Tu mente deja de dispersarse, tu corazón se estabiliza y tus decisiones se vuelven más claras. Con el tiempo, este modo de vida crea una existencia más armoniosa, más útil, más luminosa. La persona que vive de esta forma se vuelve más alegre, más sabia y más eficiente, no por hacer más, sino por vivir mejor.
La vida no se vive en décadas ni en años. Se vive en días.Y cada día es una oportunidad para empezar de nuevo.

Puntos importantes a recordar:
Vive un día a la vez. La carga de 24 horas es manejable; lo que agota es llevar encima el ayer y el mañana.
Cierra los compartimentos del pasado y del futuro. Como un barco bien diseñado, evita que lo que ya fue o lo que aún no es inunde tu presente.
El pasado es maestro, no carcelero. Aprende, agradece la lección y suelta lo que ya no necesita seguir contigo.
El futuro es visión, no preocupación. Planea con calma, actúa hoy y evita adelantar mentalmente problemas inexistentes.
Tu responsabilidad real es el deber de hoy. Haz bien el trabajo de este día, la conversación de este día, la decisión de este día.
La mente enfocada tiene más fuerza y paz. Cuando dejas de viajar entre ayer y mañana, tu energía retorna a ti con claridad.
Cada día es una nueva oportunidad. Sin importar el pasado ni las incertidumbres del futuro, hoy podés comenzar de nuevo.

.png)

Comentarios